En la unidad original del ser primero, está contenida la causa secundaria de todos lor seres, así como el germen de su inevitable destrucción

Edgar Allan Poe



lunes, 24 de noviembre de 2008

La creatividad de mi país




Duro contra el muro


Me encabrona cada vez que repite: “lo espero en la casa y bien temprano, nada de calle”. Me repudia tener que saber que hoy tendré que ir allí, de nuevo con ella, y verla, sentada en el sofá con esas piernas lujuriosas que noche tras noche me oprimen de una manera brutal; y esa mirada fulminante queriéndome decir: “maldito dónde has estado, fallándote a una cualquiera”. A parte de eso mi madre, un ser despreciable de aquí a la luna, se empeña en recordarme todas las cochinadas que le he hecho, y tras encima, me grita: que soy un mal hijo. Pobre vieja, no sabe que cuando uno toma un camino de estos ya no hay vuelta de hoja. Por eso es que prefiero mil veces vivir en la calle que tener que soportar a esa pobre vieja y a esa inútil a mi lado.
Estas fueron las últimas palabras que le escuche a Fernando.
Esa noche habíamos bebido unas grandes cantidades de licor, en un sitio en el que nunca había estado, pero que de cierta manera nos era familiar. Hablamos de una infinidad de cosas: mujeres, política, sexo y hasta de filosofía. Que manera de sostener una conversación como esta.
-Cuando vayamos…-se quedo pensando-, en quince polas nos largamos de este asqueroso lugar.
-Hey por qué, si aquí estamos bien, además nos podemos quedar toda la noche.
-Hazme caso, te conviene, iremos a otro sitio genial.
En el lugar ya me había amañado y el hedor que se respiraba era típico de amanecedero en el que pueden suceder miles de cosas, como borrachos dispuestos, primero, a brindarte unas cervezas con el motivo de que uno se quede ahogándole las penas, o por la simple simpatía; y segundo, a que al mínimo rose, empieza esa zozobra en el que puede uno salir con la cabeza rota o dispuesto a correr como un venado para salvar el pellejo. Pero, además, no faltan ellas, las mujeres de vida fácil y de fácil acceso; nunca he estado con una mujer de ese mundo, pero me agradan tanto, su majestuosidad, la manera como lo miran a uno, la manera como lo enmarañan con ese cabello gastado, sus manos recorriendo los placeres corporales. Siempre me habían llamado la atención aquellos sitios donde se podía ver la verdadera cara de la ciudad donde vivía.
Pero de cierta manera, la mirada de Fernando había cambiado cuando acabo de decir esas palabras, pero en realidad yo confiaba en él, así que no me preocupe.
Así transcurrió un buen tiempo, el bar ya estaba quedando vacío, sólo permanecían los desposeídos, los desarraigados, los que no querían en casa…, los de la calle. Ambos, ya a punto de entrar en ese estado de dejadez, nos dimos cuenta de que habíamos llegado a la quinceava cerveza. Revisamos los bolsillos, encontramos el dinero, lo reunimos y pagamos la cuenta.
La noche parecía quieta, pasaba silenciosa a nuestro lado con una lentitud que era, para nosotros, apacible, sin embargo, Fernando, al parecer, no compartía lo mismo.
-Hey a dónde vamos –pregunté.
-Yo creo…-dijo balbuceando- que es por aquel lado.
Señalo la dirección a donde debíamos dirigirnos. Me quede pensando.
-Ah…, ya creo que sé para dónde vamos –dije-, a recordar viejos tiempos?
-Claro mi hermano, ya lo habías olvidado, se me hace raro, que cabeza de gallina eres ¿no?
-Es que en ocasiones soy tendencioso a olvidar muchos recuerdos, ya sabes, para que luego no se conviertan en un dolor profundo.
Nos abrimos paso como pudimos, recorriendo aquellas calles por donde habíamos estado hace mucho tiempo, en ellas vivimos espléndidas y fabulosas aventuras y desventuras. Como olvidarlas. De paso en paso, y con los tobillos medio quebrados, llegamos a aquel sitio, sin olvidar, claro, como en los viejos tiempos, recoger algo de nieve por el camino.
-Lo ves? –me pregunto.
-Qué cosa?
-Allá.
Me fije en el sitio bien, y de repente, se me vino ese objeto a la cabeza de una manera abrumadora.
-Claro que lo veo…, aunque no muy claro porque tengo la vista nublada, pero…, claro, es ese, ese hermoso banco que una noche nos sostuvo la borrachera.
Solté la risa.
-Cuánto tiempo ha pasado y nunca le dimos las gracias por aquel favor.
-Hey que severo parce, no sabe lo asombrado que estoy por estar acá.
Mis dedos entraron por mi cabello y agarraron con fuerza mi cabeza. No salía de ese asombro descomunal.
-Marica y como se acordó de este lugar?-pregunté.
-No sé cómo, simplemente me acorde del sitio y ya…, pensé que deberíamos venir a saludarle.
-Pues que esperamos vamos a por él.
Confieso, y en medio de esa pesadez, no haberme sentido tan bien desde hacía mucho tiempo.
Cada vez que nos acercábamos a él, empecé a recordar lo que había sucedido ese día: primero, reunimos el parche, luego la farra, luego las mujeres, después, el tambaleo, y por último, nosotros dos solos en ese banco. Que bonitos recuerdos.
Fernando fue el primero en sentarse.
-Giovanni?
-Qué paso –le dije.
-Cuando tratas de darle sentido a la vida siempre encontrarás pequeños detalles que la hacen sobresaltar como este banco. No lo crees?
-Por supuesto –repuse.
En ese momento, deduje que la conversación entre nosotros había tomado otro rumbo.
-Últimamente he recorrido estos pequeños detalles y me han dado un placer inigualable, es mucho mejor que las drogas. A veces pienso que todas las cosas que vivimos no sirvieron para nada…
Le interrumpí.
-Hey no, no hay que renegar de todo, a veces yo pienso lo mismo, pero después, me entra la sensación de que algo a servido, aprendimos a sentir con intensidad la vida. Eso creo?
-Puedes que tengas razón –dijo-, pero…, parce siéntese lo veo agitado.
Recibí su orden.
A partir de ese momento nos quedamos con la vista perdida, sin pronunciar ni una sola palabra, ni un quejido, sólo se escuchaba el sollozo de la noche. Pero el movimiento existía, él se había aferrado a llevarse la nieve a su nariz, y yo, me llevaba el cigarrillo a los labios. Que difícil es saber cuando el momento final se acerca de una manera abominable, y lo peor, es que uno no sabe qué hacer con ese toro, si esquivarlo o esperar la cornada en el vientre, y luego, desangrarse, arrojar las entrañas, el corazón, aquellas cosas que le dan calor al cuerpo.
De repente, Fernando se llevo su mano derecha al rostro, cubriéndolo con una rudeza, que hasta creí que quería arrancárselo.
-Que mierda…, todo se me vino encima, la maldita familia y las malditas responsabilidades…, estoy jodido Giovanni, no sé qué hacer. En estos momentos me siento el bicho más insignificante y despreciable que todo mundo quisiera aplastar, pero no me quiero dejar, pero ya no aguanto más, el pisón sería contundente y definitivo…
Mi mente quedo en blanco, no supe que responder. Siempre he tratado de charlar y aliviar los problemas de mis amigos, pero, se notaba que en ese caso no habría solución. Me sentí impotente, como si no fuera amigo de Fernando, simplemente un desconocido.
Traté de buscar palabras, pero el mareo no me dejaba, no encontré otra cosa sino abrazarle con mi brazo izquierdo como buenos vagabundos que fuimos.
Sobra decir las calamidades, las ofensas, las condenas y las palabras abruptas que emitían eco en las sombras que nos rodeaban esa noche, pues como firmemente creo: las palabras no valen nada, son insignificantes, incluso aquí.
El sol llego y con su resplandor nos dejo enceguecidos, y abrazados juntos, los dos llegamos a su casa. Le deje en la puerta. No quise entrar, pues conocía muy bien a su mujer, pero le prometí, que después de la resaca volvería por él. Nos estrechamos las manos y se fue entrando directo en la oscuridad de su casa sin pronunciar una sola palabra, hasta que su silueta desapareció. Serré la puerta. Me marche pensativo.
Pasadas unas horas, y con el alcohol vivo en mis venas, llegué de nuevo a su casa. Timbré, timbré y volví y timbré, nadie me abrió. Mi amigo me había dejado solo con el banco.



jueves, 20 de noviembre de 2008

La espiral como recurso demencial

Respuesta a la pequeña Cuac! Cuac!

No cabe duda -y hasta ahora lo reconozco, que lento-, que las espirales son las más famosa composición demencial y atractiva que uno haya podido ver. En estos momentos no tengo muchas palabras en la boca, o quizas, los dedos son el embudo atascado que no dejan salir las palabras..., bueno, quiero dejarme de verborrea.
Una de mis películas favoritas: Vértigo del pequeño Alfred (bellaco que le gustó jugar con uno) y por otro lado, La Antena de Esteban Sapir (cargada de un simbolismo exhacerbado), un excursionista de las nuevas formas de hacer cine en Latinoamérica. Así pues, los dejo con dos trailers que pueden ser llamativos o decepcionantes por la manera en que me revuelven la cabeza.






jueves, 13 de noviembre de 2008

La promotora del desorden


Angelica Sanchez: Promotora del desorden y las buenas costumbres acometió últimamente en una expocisión de arte. Las victimas fuerón unas inocentes bancas que terminaron undidas hasta el suelo sin posibilidad de reparación. Este hecho, fue atribuido, por la misma Angelica Sanchez, como: Re-desarreglos. El perfil artístico de este sombrio personaje se debe a una frecuente insatisafacción de lo que ella puede concebir como arte. Según ella, la vanguardia artística de los últimos tiempos ha ido en picada, considera, además, una total falta de sensibilidad del objeto artístico. Así, pues, hay que tener cuidado señores curadores, esta señorita anda suelta y está a la expectativa de otra expocisión artística para atacar de nuevo. Por mi parte yo estaré al tanto de la situación y trataré por todos los medios de persuadirla en su misión.
Angelic con todo cariño.

Un día como estos es inolvidable, muchachos. A veces piensa uno que esto es un desorden, una porqueria, un eterno final..., pero no todas las veces sucede así. Hay excepciones.

domingo, 9 de noviembre de 2008

14 fragmentos de la decadencia humana



Aquí presento varios fragmentos, que considerados por un inconsciente decadente, me anima a continuar en esta tarea empedernidamente salvaje. Los fragementos van desde la mismisima filosofía, recorriendo caminos desde el aspecto jurídico-político hasta una canción demencial de unos chicos acelerados. Así, pues, dejo al críterio de cada lector lo que considere necesario -o en mejor de los casos, que no preste demasiado atención a este tipo de trivialidades recurrentes-, si les parece demasiado extravagante y corrido de la línea, les deseo una feliz estancia en el ######### cielo!!!




La Torre de Babel - Bruegel 1563


Creo que es preciso llamar las cosas por su nombre y decir claramente que el Marxismo está en crisis: o mejor, ¡por fin estalló la crisis del Marxismo! Pues ella existía desde hace mucho tiempo, bajo formas bloqueadas. Hablo de la forma del marxismo en sentido amplio: no únicamente de la crisis de la teoría marxista (de la cual sería demasiado fácil decir que ha sido desconocida o traicionada) sino también de la crisis del movimiento comunista internacional que se dice marxista, y de las realizaciones históricas en las cuales el marxismo ha tomado parte: los partidos comunistas, los países “socialistas”. Las tragedias, los conflictos, las contradicciones, los virajes han sacudido el movimiento comunista internacional hasta el punto que ya no existe para las amplias masas, ni en la URSS, ni en la China, ni en Cuba, ni en Vietnam, ningún país del mundo que represente, como en otro tiempo, “el porvenir”, “el ideal”, realizados. Esta crisis es tan profunda que alcanza a la teoría marxista misma, la cual, no reconociéndose en la caricatura que ha sufrido, se encuentra reducida a buscarse a tientas

(Althusser, Luis, en: Tirado, Mejía, Reportajes sobre el socialismo heterodoxo. La Carreta, Bogotá, Colombia, 1980, p. 12).

Adán y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso; nuestro pecado es que anhelamos regresar a él.

(Zuleta, Estanislao, en: Elogio de la Dificultad y otros ensayos. Hombre nuevo editores, Bogotá, Colombia, 2007, p. 14).

Un filósofo autónomo dispuesto a liberarse de todos los prejuicios…debe aceptar que todas las cosas que da por supuestos son prejuicios, que todos los prejuicios son puntos oscuros que tienen su origen en una sedimentación de la tradición…y que esto vale incluso para la gran tarea e idea que se denomina filosofía.

(Husserl, Edmundo, en: La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Trad. Inglesa de D. Carr. Northwestern University Press, Evanston, 1970, p. 17.)

Heidegger identificó razón humana, racionalidad, y sano entendimiento común, según usan estos términos los filosófos, con el uso no autoconsciente, uneigentlich, e incuestionado de un lenguaje heredado. La filosofía no es simplemente la utilización de esa tradición –no es simplemente la distribución de valores de verdad a lo largo de una gama de oraciones que están ya presentes en el lenguaje- porque todo preguntar esencial de la filosofía sigue siendo necesariamente inactual…La filosofía es esencialmente inactual porque pertenece a esas pocas cosas cuyo destino consiste en no poder hallar jamás eco inmediato en su hoy correspondiente.

(Rorty, Richard. En: Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporáneos. Cáp.: La filosofía como ciencia, como metáfora y como política. Paidos, p. 33)

Si en un futuro nos volvemos tan transparentes para nosotros mismos que llegara a desaparecer la distinción entre conocimiento práctico y teórico, desaparecerán también sin duda instituciones como la ciencia, la filosofía y la literatura bajo su presente forma

(Putnam, Hilary. En: El significado y las ciencias morales. Segunda parte: literatura, ciencia y reflexión. Universidad Nacional Autónoma de México. México. 1991, p. 103)

El Hombre no habla: por su boca lo que habla es un código de palabras. Las palabras piensan por uno (…) Es curioso que sean intelectuales franceses muy occidentales quienes hayan elegido el papel de celebrantes en el oficio de difuntos. Han compuesto una Misa de Réquiem para el sujeto, para el individuo, para la persona. Escuchen:

Roland Barthes dijo: “El Hombre ha muerto”.

Michel Foucault dijo: “La figura del hombre es una invención reciente; apreció en una fase de la cultura que comenzó hace siglo y medio y puede estar por concluir; la figura del hombre pronto será borrada como una cara dibujada en la arena, a orillas del mar”.

Claude Lévy-Strauss dijo: “el fin último de las ciencias humanas no es construir al hombre sino disolverlo. Demuestro, no cómo los hombres piensan en mitos, sino cómo los mitos operan en las mentes humanas sin que los hombres sean conscientes de ello. Habría que olvidarse completamente del sujeto pensante y proceder como si el proceso pensante transcurriera en los mitos”. (Lo crudo y lo cocido).

Louis Althusser dijo: “Los individuos son solamente los efectos determinados de la estructura”

Jacques Derrida dijo: “Hay que deconstruir la escritura que el hombre construye”.

Jean Baudrillard dijo: “objetos (cosas, artefactos, aparatos electrónicos, aun masas humanas) que antes se sometían a las formas que el sujeto les daba ahora triunfan sobre éste: el objeto anula al sujeto”.

Jacques Lacan dijo: “La palabra personal no vale. No es el hombre quien habla: habla eso. Hay que pasar de la primera persona gramatical a la tercera para evitar el subjetivismo de un humanismo trasnochado”.

Gilles Deleuze dijo: “El esquizoide posmoderno incrementa su valor en la medida en que se divide, fragmenta, pulveriza, dispersa la subjetividad del ser humano”.

(Imbert, Enrique. En: Modernidad y Posmodernidad. Torres Agüero Editor. Buenos Aires, Argentina, 1997, p. 19)

En la unidad original del ser primero, está contenida la causa secundaria de todos los seres, así como el germen de su inevitable destrucción

(Poe, Edgar Allan. En: Eureka o el ensayo sobre el Universo. Losada Clásica. Buenos Aires, Argentina, 2004, p. 9)

Quedó vuelto bastante tiempo. Su presencia me pesaba y me molestaba. Iba a decirle que se marchara, que me dejara, cuando gritó de golpe en una especie de estallido, volviéndose hacia mí: “¡No, no puedo creerle! ¡Estoy seguro de que ha llegado usted a desear otra vida!”. Le contesté que naturalmente era así, pero no tenía más importancia que desear rico, nadar muy rápido, o tener una boca mejor hecha. Era del mismo orden. Me interrumpió y quiso saber cómo veía yo esa otra vida. Entonces le grité “¡Una vida en la que pudiera recordar ésta!”, e inmediatamente le dije que era suficiente. Quería aún hablarme de Dios, pero me adelanté hacía él y traté de explicarle por última vez que me quedaba poco tiempo. No quería perderlo con Dios. Ensayó cambiar de tema preguntándome por qué lo llamaba “señor” y no “padre”. Eso me irritó y le contesté que no era mi padre: que él estaba con los otros.

(Camus, Albert. En: El Extranjero. Emecé Editores. Buenos Aires, Argentina, 2004, p. 153)

Nunca más cometeremos el error de creer en la raza humana; hambres, miseria, os lo merecéis que esperéis. Paz, primero la Guerra, paz y estaremos en Paz (…) Guerra, odio, es diversión.

(Eskorbuto. En: Los demenciales chicos acelerados. Paz-primero la guerra).

Los reyes más grandes celebran tanto a mis protegidos que muchos no pueden ni comer, ni pasear, ni prescindir de ellos por mas de una hora. No pocas veces anteponen estos calabacines a los sabios, a los que sólo por vanagloriarse suelen mantener en sus casas. No creo que el motivo de esta preferencia a nadie se le oculte ni se sorprenda, ya que tales sabios, engreídos con su doctrina, no acostumbran hablar a los príncipes mas que de cosas tristes, sin darse cuenta de que a veces hieren oídos delicados con la áspera verdad. Los bufones, por su parte, mantienen el juego, el placer, la carcajada, la sonrisa, que es lo que más se estima en los palacios. Conceded que sólo ellos, son sinceros y verídicos, cualidad de los locos que no es nada despreciable. Porque ¿qué hay más loable que la verdad? Aunque Platón hiciera decir a Alcibíades que únicamente se encuentra en la infancia y en el vino, toda la estimación en que es tenida se me debe particularmente a mí, y así lo reconoció Eurípides, autor de aquel célebre proverbio tan repetido por nosotros, que reza que el loco no dice mas que locuras. Todo lo que el loco tiene en el corazón lo muestra en el rostro y lo expresa en sus palabras. Pero los sabios tienen dos lenguas, como recuerda el mismo Eurípides, una de las cuales dice la verdad, y la otra la que según las circunstancias consideran oportuno. Ellos saben cambiar el negro en blanco, y soplar igualmente con la misma boca el frío y el calor, porque hay una gran distancia entre lo que escoden en su interior y lo que fingen con sus palabras.

(De Rotterdam, Erasmo. En: Elogio de la Locura. Editorial Cometa de Papel. Medellín, Colombia, 1998, p. 51)

Frente a la teología y a la filosofía por un lado, y por el otro, frente a los reajustes técnico-sociales, el jurista público se encuentra en una posición intermedia y a la defensiva, ya no puede contar con la intangibilidad autóctona de su posición, y la formación contenida en sus definiciones está en suspenso.

(Schmitt, Carl. En: El concepto de lo político. Prólogo. Alianza Editorial. Madrid, España, 1998, p. 45)


Abraza la oscuridad – Charles Bukowski

La confusión es el dios
la locura es el dios

la paz permanente de la vida
es la paz permanente de la muerte.
la agonía puede matar
o puede sustentar la vida
pero la paz es siempre horrible
la paz es la peor cosa
caminando
hablando
sonriendo
pareciendo ser.

no olvides las aceras,
las putas,
la traición,
el gusano en la manzana,
los bares, las cárceles
los suicidios de los amantes.

aquí en Estados Unidos
hemos asesinado a un presidente y a su hermano,
otro presidente ha tenido que dejar el cargo.

la gente que cree en la política
es como la gente que cree en dios:
sorben aire con pajitas
torcidas.

no hay dios
no hay política
no hay paz
no hay amor
no hay control
no hay planes

mantente alejado de dios
permanece angustiado

deslízate.

(Bukowski, Charles. En: Peleando a la contra. Editorial Anagrama. Barcelona, España, 2006, p. 433)




Béla Tarr - Armonías de Werckmeister

domingo, 2 de noviembre de 2008

Muerte en la tarde


“Todo arte está hecho exclusivamente por el individuo; el individuo es todo lo que el hombre posee y todas las escuelas sirven solamente para incluir a sus discípulos en el número de los fracasados. El individuo, el gran artista, cuando aparece, emplea todo lo que han descubierto los otros o lo que se ha llegado a saber en los dominios de su arte hasta que aparece él. Es capaz de aceptar o rechazar un sinnúmero de cosas en un lapso de tiempo tan corto, que parece que su conocimiento ha nacido con él y no hace más que tomar instantáneamente lo que un hombre ordinario necesitaría toda una vida para aprender. El gran artista va entonces más allá de lo que ha sido hecho o conocido hasta entonces, y hace su propia obra. Pero entre unas y otras de estas grandes individualidades transcurre mucho tiempo, y quienes han conocido los grandes artistas de otras épocas reconocen raramente a los nuevos cuando llegan. Quieren que todo sea como antes, como ellos lo recuerdan. Son los otros, los contemporáneos, los que reconocen primero a las grandes personalidades nuevas por su disposición para saberlo todo tan rápidamente, y, al fin, los que viven del recuerdo del pasado lo reconocen también. A éstos es preciso excusarlos por no haberlos reconocido inmediatamente; porque en los periodos de espera han visto tantos grandes falsarios, que se han hechos prudentes hasta el extremo de no creer ya más que en sus propios sentimientos. Confían sólo en su memoria. Y la memoria, por supuesto, nunca es verdadera”

Extracto de la novela de Ernest Hemingway: Muerte en la tarde.

Desintegración de la persistencia de la memoria(1952-1954)
Salvador Dalí


El arte es efímero (y me refiero a todo arte, y cuando digo: todo, es todo), y además, es como cambiarse de ropa interior (calzoncillos, boxers, bragas, etc), la cambiamos cada día con el fin de evitar molestias (humedad, sudoración, mal olor…ladillas!), o en el peor de los casos, nos acostumbramos a ello, y hacemos el peor de los usos. Un día estamos en el arte pictórico renacentista, otro en la vanguardia, otro en el pop art, otro en la literatura decimonónica europea, latinoamericana, norteamericana, etc; y hasta los extremos de llegar a la tragedia griega, o peor aún, de rendir tributo a la tradición filosófica. Incluso, parece irónico tomar un fragmento de una novela de 1932. Hay que admitirlo, somos exhumadores de tumbas.

martes, 14 de octubre de 2008

La tarea para los Cinéfilos

Como bien concordamos con la señora Ladym, este es el ejercicio que le prometi.


sábado, 4 de octubre de 2008

lunes, 15 de septiembre de 2008

El genio de la multitud – Charles Bukowski

Hay suficiente traición, odio,
violencia,
Necedad en el ser humano
corriente
Como para abastecer cualquier ejército o cualquier
jornada.
Y Los Mejores Asesinos Son Aquellos
Que Predican En Su Contra.
Y Los Que Mejor Odian Son Aquellos
Que Predican AMOR
Y LOS QUE MEJOR LUCHAN EN LA GUERRA
SON - AL FINAL- AQUELLOS QUE
PREDICAN
PAZ.

Aquellos Que Hablan de DIOS
NECESITAN a Dios
Aquellos Que Predican Paz
No Tienen Paz.
AQUELLOS QUE PREDICAN AMOR
NO TIENEN AMOR
CUIDADO CON LOS PREDICADORES
Cuidado Con Los Que Saben.

Cuidado Con
Aquellos Que
Están SIEMPRE
LEYENDO
LIBROS

Cuidado Con Aquellos Que Detestan
La Pobreza O Están Orgullosos De Ella.

CUIDADO Con Aquellos De Alabanza Rápida
Pues NECESITAN Que Se Les Alabe A Cambio

CUIDADO Con Aquellos Que Censuran Con Rapidez
Tienen Miedo De Lo Que
No Conocen

Cuidado Con Aquellos Que Buscan Constantes
Multitudes; No Son Nada
Solos

Cuidado Con
El Hombre Corriente
Con La Mujer Corriente
CUIDADO Con Su Amor

Su Amor Es Corriente, Busca
Lo Corriente
Pero Es Un Genio Al Odiar
Es Lo Suficientemente Genial
Al Odiar Como Para Matarte, Como Para Matar
A Cualquiera.

Al No Querer La Soledad
Al No Entender La Soledad
Intentarán Destruir
Cualquier Cosa
Que Difiera
De Lo Suyo

Al No Ser Capaces
De Crear Arte
No Entenderán
El Arte

Considerarán Su Fracaso
Como Creadores
Sólo Como Un Fracaso
Del Mundo

Al No Ser Capaces de Amar Plenamente
CREERÁN Que Tu Amor Es
Incompleto
Y ENTONCES TE
ODIARÁN

Y Su Odio Será Perfecto
Como Un Diamante Resplandeciente
Como Una Navaja
COMO UN TIGRE
COMO Cicuta

Su Mejor
ARTE

lunes, 1 de septiembre de 2008

El ocaso de los “libros”



“Pasé toda la tarde en la librería. No había libros en ella; hacía casi medio siglo que no se imprimían. Y yo los esperaba tanto después de los microfilmes en que consistía la Biblioteca del Prometeo. No existían. Ya no se podía curiosear en las estanterías, sopesar gruesos tomos en la mano, saborear bien su volumen, que predecía la duración del placer de su lectura. La librería recordaba un laboratorio electrónico. Los libros eran pequeños cristales de contenido acumulado, y se leían con ayuda de un optón. Éste incluso se parecía a un libro, aunque sólo tenía una página entre las tapas. Al tocar esta hoja, aparecían por orden las páginas del texto, una tras otra. Pero, según me dijo el robot vendedor, los optones se usaban muy poco. El público prefería los lectones, que leía en voz alta, y era posible elegir la voz, el ritmo y la modulación preferida. Solamente se imprimían en páginas de plástico, que imitaban el papel, algunas publicaciones científicas de audiencia muy reconocida. Por ello pude meter en un bolsillo todas mis compras, aunque se trataba de trescientos títulos. “

Extraído de la novela de ciencia-ficción de Stanislaw Lem: Retorno de las estrellas.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Letanía solemne y belleza oblicua




Efervescencia y desquicio…enseguida la inmunda rabia, “esa” que quiere gritar, “esa” que quiere destruir todo, “esa”…que me recuerda la magnitud con que me repudio. Me recuerda y afirma mucho más ese afán de soledad, inevitable pero acogedora. Ahora el pez debe retorcerse en el agua. A la calle.

La rabia continua, mucho más desenfrenada; cualquier contacto con algún desconocido me repugna, cualquier indicio de palabras me fastidia…la pierna derecha empieza a alterarse, en mi mano se ven voluptuosos los nudillos, quiero probarlos con alguien…llego a mi destino…continuo mirando mal; mi acompañante llega…ahora, a una funeraria.

Increíblemente la rabia desapareció…un mar de letanías a alguien desconocido retumban en mi mente, me ahogaron, me ahogue…quede como un ser apacible y solemne…sollozos por un lado, llanto por el otro…rostros bañados de esa debilidad humana…ojos a punto de estallar…la “experiencia” acariciaba y regocijaba el dolor de la puerilidad…un suspiro entra en mi pecho y me recuerda el “fin” y la “absolución”…la “nada”,

Un ataúd abandonado…un cadáver silencioso…la vejez se canso de aguantar; observe a aquel cuerpo con ínfulas de soberanía…inútil! Es mejor estar allá adentro que aquí afuera. El rostro de la viejecita era tenso y afligido, sus labios comprimidos revelaban que no habrían más palabras para enarbolar, sus manos arrugadas y cansadas demostraban lo tedioso que le costo vivir, sus ojos…no querían ver más…le doy la espalda…me marcho vacío.

Sólo un rostro me llamo la atención; una tez blanca, mejillas rojas, labios…que aún no describo, un largo cabello hasta la cintura que podría enmarañarlo a uno enteramente, cuerpo uniforme y la grandísima finitud…ahora…otro rostro, angelical y pueril, sus ojos no se alzaron, la timidez en su máxima expresión…pienso…recuerdo alguna vez haberla visto, nunca olvido un rostro.

miércoles, 30 de julio de 2008

Risa y Vacuidad en "Stranger than Paradise"




“Ser en el mundo”… tan complejo y satírico. Personajes absortos y sencillos, diálogos sinceros y ecuánimes, aventura inesperada y solución final salpicada de banalidad. Todo esto conjurado para dar como resultado un film lúgubre en el que la risa y la vacuidad son una constante.


Por qué Willie nunca llevo a Eva al hipódromo? Flatulencia?

martes, 22 de julio de 2008

miércoles, 16 de julio de 2008

Lección sobre el objeto

Lección sobre el objeto

Charles Bukovski

Siempre es mejor, por supuesto,
encajarlo justo debajo
del corazón.

No intentes golpear
al toro en el ojo.

Cuando busques hacer daño
apunta a un blanco grande
y golpea varias veces.

El que se detiene
no es más que un necio.

Recuerdo una conversación
con un leproso
que sugería usar
garfios y poleas.

No, no es así.

Estaba muy amargado.

Es mejor ir directo al ojo,
destrozar la córnea,
cegarlo,
y después estrangularlo con una cuerda.

Mi madre sugería un viejo gorro de baño
metido hasta la garganta.

No, no es así.

Asegúrate. se inteligente.

Dile que busque las estrellas
y se matará en la escalada.

Háblale de Chatterton, de Villon.

Sugiérele cosas.
No te apresures.
Él lo hará por su cuenta.

No hay prisa. El tiempo no significa nada
para ti.

Godzilla, king of the monster


El triunfo de la muerte


El triunfo de la muerte - Bruegel (1562)


Los cobardes...los valientes...los bufones...los apasionados...los pobres...los soberanos...los creyentes...las bellas...oirán próximamente el cabalgar de las hordas que vienen del horizonte...no podrán con ella, tendrán que redimirse...pero al final...harán parte de su majestuosa belleza, al igual, que de su formidable fuerza.

martes, 8 de julio de 2008

La inteligencia detrás del engaño humano.



Voy a intentar especular, es muy fácil para mi, pero aquí voy a tener la osadía de escribir sobre un tema al que no le tengo mucho afecto: La robótica; sin embargo, éste no es el fin, sino escrutar cosas tan adversas que nos enceguecen en el papel de humanos.

Se me viene a la cabeza el track final del álbum Los Demenciales Chicos Acelerados de Eskorbuto –a mi parecer, no fueron demasiado malos- que dice así: “Obras maestras se han hecho…sí, es bien cierto, el hombre ha hecho cosas bellas…pero no hay el suficiente cerebro…para asimilar lo que ya existe...”. Ese piano tiene un ritmo demencial. Sí, es bien cierto, pero, dentro de esa falta de cerebro, nos vanagloriamos de nuestras creaciones empujándolas hacía un pedestal. El caso de la robótica es evidente, pues hace creer que dentro de su carrera vertiginosa todavía nos quedo el frío de la Guerra, y claro, en esto derrochamos nuestra grandiosidad, es por eso que el ingenio del Hombre por crear cosas enigmáticas termina creando cosas demasiado absurdas, que de cierta manera, intentan parecerse a él –y logran parecerse, hasta el punto de no encontrar diferencia-; además, estas creaciones desmesuradas son hostiles, pues hacen que el hombre busque salidas deplorables a su afán de saber o conocer, y que, en consecuencia, termina enarbolando la bandera de la Ciencia que es excesivamente inmoral, provocando por último, la inmolación en el infierno de Dante.

Aquí no voy a profundizar sobre la robótica o su recién parida: la inteligencia artificial (i.a), sino mas bien –especulando- pondré un caso, que a mi parecer fueron los primeros pasos de ésta, y que es el caso de los autómatas.

Para cerrar mi ciclo de recuerdos pondré un diálogo de una obra cinematográfica que dice poco pero advierte mucho, sobre todo para los fines de este escrito:

(Solaris de Andrei Tarkovski. Escena de la Biblioteca)

Sartorius: “¡que estupendo! Pero, ¿quizás me dejen hablar? ¡Propongo brindar por Snawt, por su valor y por su fidelidad al deber!

(Sartorius alza su copa y brinda)

: ¡Por la Ciencia y por Snawt!

Snawt: ¿la Ciencia? ¡Es una necedad!
(…)
¡En esta situación, son impotentes la mediocridad y la genialidad!...En realidad, no queremos conquistar ningún Cosmos. Queremos ampliar la Tierra hasta sus confines. No necesitamos otros mundos. Queremos un espejo. Buscamos un contacto, pero nunca lo encontraremos. Estamos en la necia situación del hombre que busca la cadena que teme y no necesita. ¡Al ser humano le hace falta otro ser humano!”.

Convendría hablar o explicar, más o menos, lo que son los autómatas. Para no ir tan lejos mi diccionario dice lo siguiente: “máquina que imita los movimientos de un ser animado; instrumento que tiene dentro de él un mecanismo que le imprime ciertos movimientos”. Con esta definición bastaría para hacerse la idea vaga de qué son los autómatas; pues bien, estas máquinas, para sorprendernos, datan del siglo XVIII en Europa, y su genialidad y asombro proviene de los espectáculos que se hacían en público, pues causaban incertidumbre acerca del modus operandi de éstas. En un escrito de Edgar Allan Poe dice acerca de esto, lo siguiente: “nada ha sido escrito sobre este tema que pueda considerarse decisivo y, en consecuencia, encontramos en todas partes hombres de genio mecánico, agudeza general y un entendimiento discriminatorio, que no tienen escrúpulos en declarar que el autómata es una simple máquina, desconectada de toda acción humana en sus movimientos y, en consecuencia, más allá de cualquier comparación, la más asombrosa invención de la humanidad”
[1].

Un caso preciso, y que provoco gran conmoción, fue un autómata que jugaba ajedrez, inventado en 1769 y que con posterioridad pasaría a manos de un señor llamado Maelzel. Ahora entonces, imaginemos una máquina compuesta por piezas de metal, engranajes, poleas, etc, jugando ajedrez; lo que era sorprendente y enigmático es cómo lograba sostener una partida de ajedrez independientemente si ganaba o no. La implicación que tiene jugar ajedrez se debe a que no podría existir un mecanismo que determinara o previera un movimiento de una pieza en un momento dado, existen n posibilidades de jugar una partida, además, un jugador de ajedrez, de cierta manera, tiene que imaginar los movimientos del contrincante y adivinar su estrategia, y al parecer este autómata lo lograba. Millones de preguntas surgían alrededor de éste.


Sin embargo, al parecer, termino siendo una gran farsa; su propietario, al presentar el autómata al público, ejecutaba una serie de procesos que se repetían y siempre de la misma manera, lo cual lo hacía sospechoso, es por esto que se empezó a indagar. Justamente, y hasta el mismo Edgar Allan Poe participo, y de manera intuitiva, terminaron conclusiones de que el tamaño del autómata era propicio para que dentro de él existiera un hombre jugando la partida, aunque, intuyendo, se era dificultoso moverse dentro de la máquina, pero era la respuesta más creíble acerca de los enigmas del jugador de ajedrez de Maelzel.

Y aquí ocurre el cambio repentino; toda creación –incluso, acto- que tenga la presunción de parecer noble a los ojos ajenos, son simple y llanamente, en su mayoría, una falsedad. Si se buscan ejemplos de lo que escribo, no los voy a mencionar, pues existen una gama de posibilidades, y que más que con el anterior, que es un ejemplo sencillo, y bien remoto, de que no ha cambiado el arribismo y el engaño humano; sin embargo, además, surge la pregunta de que si a esto se le puede llamar progreso. Ahora dictamino la sentencia para aquellos que son creyentes: roguémosle tiempo a los verdugos y hagámosle saber que la sangre que se va a derramar no tendrá fin, y que con los cuerpos decapitados podrán construir una Muralla China para defenderse de las reminiscencias del hombre, o de lo que quede de él; pues que más da…somos los reos…no los hagamos esperar.







[1] Costa, Margarita. Edgar Allan Poe, ensayos. Cáp.: El jugador de ajedrez de Maelzel. Págs. 169. Ed: Claridad. Buenos Aires.2006

viernes, 27 de junio de 2008

La enfermedad humanizada


M.C. Escher - Encuentro (1944)


“En efecto, el hombre es esencialmente un enfermo, y el hecho de que esté enfermo es precisamente lo que hace de él un hombre, y quien desee curarle, llevarle a hacer la paz con la naturaleza, “volver a la naturaleza” (en realidad no ha sido nunca natural), todo lo que hoy se exhibe en materia de profetas regeneradores, vegetarianos, naturistas y otros, toda la especie de Rousseau, por consiguiente, no busca otra cosa que deshumanizarle y aproximarle al animal. ¿La humanidad, la nobleza? Lo que distingue al hombre de toda otra forma de vida orgánica es el espíritu, ese ser netamente despegado de la naturaleza y que se siente opuesto a ella. Es, pues, del espíritu de la enfermedad, de lo que depende la dignidad del hombre y su nobleza. “En una palabra, es tanto más hombre cuanto más enfermo está, y el genio de la enfermedad es más humano que el genio de la salud”. Era sorprendente que alguien que se las echaba de filántropo cerrase los ojos ante tales verdades fundamentales de la humanidad. El señor Settembrini no se preocupaba más que del progreso, como si el progreso, suponiendo que existe, no fuese debido únicamente a la enfermedad, es decir, al genio, que no era otra cosa que la enfermedad. Como si los hombres completamente sanos no hubiesen vivido siempre a costa de las conquistas de la enfermedad. Existían hombres que habían penetrado conscientemente en las regiones de la enfermedad y de la locura para conquistar, para la humanidad, conocimientos que iban a convertirse en salud, después de haber sido conquistados por la demencia, y cuya posesión y uso, después del sacrificio heroico, ya no se hallarían por más tiempo subordinados a la enfermedad y a la demencia. Esta era la verdadera crucifixión…”

Extracto de: La Montaña Mágica de Thomas Mann.
Sin palabras...

miércoles, 18 de junio de 2008

La verdad mentirosa y dañina en nuestra sociedad Colombiana


Es inevitable regresar al pasado y escudriñar en él: como es que los hombres se han comportado a través del tiempo, y además, en este ejercicio de exhumación, encontramos un hedor maligno y tedioso al que no podemos eludir. En los inicios del siglo XX en Colombia vamos a encontrar un aroma bastante particular. La incidencia de los partidos políticos y de la Iglesia misma en lograr cohesionar la sociedad bajo sus mandos, van a acrecentar unas fuertes consecuencias para el país, en especial esta: la Violencia. Es por esto, que la asociación entre partidos y religión no son puras casualidades históricas, sino al contrario, van a ejercer una fuerte influencia en la conformación de la sociedad Colombiana. Pero, en qué se caracteriza esa asociación y esa influencia sobre la sociedad? La construcción de la cultura política, sobre todo de la conjuración entre la religión y los partidos políticos de inicios del siglo XX, va a caracterizarse como una fuerza eclipsante o centrípeta sobre la sociedad Colombiana bajo un instrumento que tradicionalmente a lo largo de la historia ha sido usado como estandarte, tanto de las consecuencias históricas como las causas que ha enarbolado el hombre, y es el de la verdad.

Hay que comenzar, entonces, por hablar de los partidos políticos de Colombia. Es bien sabido que tanto el partido Liberal como el Conservador dividieron al país en dos posiciones yuxtapuestas que se confrontaron ideológicamente hasta violentamente. Pero por qué esta confrontación? El origen mismo esta en la idea que preconizaban, y que por ende, trajo partidarios desde las clases más altas hasta las más bajas; de esta manera los partidos lograron manejar su bando bajo la doctrina que profesaban. “El significante de idea expresa esa comprensión del mundo que necesariamente proponen los enunciados políticos: un sistema de saber a partir del cual el mundo social y político se vuelve comprensible y, en consecuencia, dirigible en tal o cual sentido”[1], así no lo dice Carlos Perea y no se equivoca, pues nos dice que el mundo se hizo comprensible bajo la égida de la idea.

Pero no son sólo los partidos políticos, dentro de ese ambiente constructivo de la cultura política, también aparece la Iglesia como otro peso de la balanza. La Doctrina Social de la Iglesia bajo los postulados del tomismo, doctrina claramente traída de Europa, va a decir, en pocas palabras, que se es necesario, para preservar la sociedad misma, confrontar los cambios históricos que de ella surjan, tales como: la evolución política, económica, cultural, social y religiosa; ya que bajo esta negatividad, se va a mantener el orden natural y por último la verdad divina. En un documento elaborado por Fernán Gonzáles, dice lo siguiente:”el tomismo es un pensamiento de la sustancia, de la esencia o naturaleza de aquello que permanece inmutable bajo los cambios accidentales y secundarios del devenir histórico”[2]. Así pues, la Iglesia tuvo un papel fundamental en esta parte de nuestra historia, pues combatió al Liberalismo en persona y rechazaba sus tendencias seculares y laicistas que trataban de desmoronar la estructura eclesiástica.

Ahora bien, la concepción misma de idea no es suficiente para atraer a las masas, pues ésta, en cierta medida, actúa bajo los supuestos doctrinarios y bajo la dominación carismática –en el sentido Weberiano-, pero, siendo así, no es suficiente, ya que ésta debe plasmarse en la concepción de verdad. La verdad es la que actúa y con fuerza, ya que ésta genera la reproducción existencial y convincente en el hombre; pero, en el caso del que estamos hablando, es una verdad dogmática: “toda convicción que ha llegado a ser para quien la posee –o la padece- una referencia de su propia identidad”[3]. Pues bien, así no lo dice el maestro Estanislao Zuleta hablando del dogma en el hombre.

No hay que ser ilusos, y es que las verdades propuestas e impuestas por los partidos políticos de Colombia y de la Iglesia, son verdades construidas, exógenas a nuestra existencia, son alienables e incluso son verdades que en su mayoría no nos representan, pero, que de alguna manera, el hombre comete el error de servir a esas verdades que no le pertenecen. Ya no lo dijo Nietzsche y el hombre no le presto atención: “Nietzsche [y] su negativa a admitir la noción de una verdad desligada de intereses y necesidades formaban parte de un afán de percepción privada (…) de que la verdad es un ejército de metáforas en movimiento”[4]. Sin embargo, ésta verdad Nietzscheana no tiene del todo la culpa, ya que en algún momento indeterminado de la historia apareció algo conocido como la Modernidad, que aún, nadie ha sabido pronosticar –sólo lo intentan los intelectuales afanosos de saber-, y que nos dejo cosas como: la idea, la verdad y, la mal llamada, razón; esto por tan sólo por mencionar algunas; pero, que además, son cuestionables e incluso dogmáticas.





[1] Perea, Carlos Mario. Capitulo 6: La fe en la autentica doctrina, la idea. Segunda Parte: Dos espíritus antagónicos, lo imaginario religioso. Contenido en: Porque la sangre es espíritu. Ed: Santillana. Pág. 83. 1996.
[2] Gonzáles, Fernán. Iglesia Católica y Modernidad en Colombia. Pág. 2.
[3] Zuleta, Estanislao. Tribulación y felicidad del pensamiento. Contenido en: Elogio de la dificultad. Ed: Hombre Nuevo Editores. Pág. 19. 2007.
[4] Rorty, Richard. Introducción: Pragmatismo y filosofía postnietzscheana. Contenido en: Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporáneos. Pág. 17. Ed: Paidos.

martes, 17 de junio de 2008

Saudade

"Murió, en realidad, de saudade. Saudade es una enfermedad genética, inmutablemente fatal, que sólo les da a los poetas, a los despojados, a los nostálgicos y soñadores, a los grandes de espíritu. La saudade es una enfermedad que se aposenta en el alma; comparte con la hipocondría la profundidad de la tristeza pero no la preocupación constante por la salud del cuerpo. Dice que esa enfermedad presenta una perturbación en los afectos y que desordena el pensamiento, que crea un enorme vacío en quienes la padecen y que produce una ansiedad vaga, entre tedio y dolor, y que es una ansiedad que no sabe. Nada dice la ciencia médica sobre ella, no figura en su vademécum. Sólo la poesía atisba algo sobre su naturaleza, sobre debe realizarse o no, y si debe, cómo.
(…)
Sí, de extraña enfermedad debieron haber muerto tipos como el loco ese de Cereté, Córdoba, Gómez Jattin, uno que no vivía – como sus contemporáneos- en la quimera de una felicidad de sentidos anestesiados y que por eso se tiró de cabeza a un bus urbano sólo para descorporizarse de este mundo lleno de verdugos de lo sensualmente bello, o el corrido de la cabeza Tulio Bayer, un médico amigo de bares y de putas, de malandros en fuga, de humos y tiroteos, de abandonos en París y en el olvido; también María Mercedes, una que dejó las rimas y solfeos, gorgoritos y gorjeos, melindres, embadurnes y barnices, o como Emily, como Alejandra o Alfonsina, como Artaud, como Poe, Rimbaud y tantos y tantos otros. De la enfermedad de saudade nada sabe la ciencia médica; tan sólo la poesía puede entenderla. Se sabe que es una enfermedad compleja y contradictoria, vital y mortal al mismo tiempo. Una canción lo dice:

Enquanto a saudade existe pode haver felicidade mas näo há nada mais triste que há saudade da saudade"

Extracto de: La Rebelión de un Burgués, Estanislao Zuleta, su vida. Jorge Vallejo Morillo.

viernes, 6 de junio de 2008

El consejo eterno

No es propicio para algunos? que sientan la inevitable sensasión de que la vida les puede suceder así? Cómo no aceptar un consejo de un desconocido, sin causa alguna, sin motivos algunos, sin preocupación alguna - a menos que se sean preocuapciones pasionales, que verdaderamente si carcomen nuestras carnes -, entonces hay que meditarlo... no es posible contemplar este consejo?
CONSEJO - Charles Bukowski

cuando de nuevo el sonido del viento resuena desde el mar
y la tierra se ensucia con convulsiones y desorden,
ten cuidado de esa arma de dos filos que es una elección
recuerda
que lo que puede haber sido noble
hace 5 siglos
o incluso 20 años
es ahora,
más a menudo de lo que crees,
malgastada acción;
tu vida sólo ocurre una vez,
la historia nos demuestra una y otra vez
que los hombres son necios

ten cuidado, entonces, te diría,
de cualquier aparentemente noble
acontecimiento,
ideal,
o acción,
ya sea por este país o por amor o por el Arte,
que no te engañe la cercanía de las horas
de la belleza, o de la política,
se marchitarán como una flor cortada;
ama, sí, pero no como un deber al matrimonio,
y cuídate de la mala comida y del trabajo en exceso;
vive en un país, es inevitable,
pero amar no es un mandato,
ya sea a una mujer o a una tierra;
no te apresures; y bebe cuanto sea necesario
con objeto de mantener una continuidad,
pues la bebida es una forma de vida
en la que el que participa vuelve a probar fortuna
con la vida; te digo aún más:
vive solo cuanto puedas;
ten hijos, si es que llegan,
pero intenta no tener
que criarlos; no te metas en pequeñas disputas,
ya sean de palabra o en las que se usan las manos,
a menos que tu contrario busque la vida de tu cuerpo
o la vida de tu alma; entonces,
mata, si es necesario; y
cuando llegue el tiempo de morir,
no seas egoísta:
considera que el precio no es alto
y hacia dónde vas:
ni una señal de vergüenza o fracaso
ni una llamada al dolor,
mientras el viento resuena desde el mar
y el tiempo pasa
inundando tus huesos con una paz suave.