En la unidad original del ser primero, está contenida la causa secundaria de todos lor seres, así como el germen de su inevitable destrucción

Edgar Allan Poe



domingo, 9 de noviembre de 2008

14 fragmentos de la decadencia humana



Aquí presento varios fragmentos, que considerados por un inconsciente decadente, me anima a continuar en esta tarea empedernidamente salvaje. Los fragementos van desde la mismisima filosofía, recorriendo caminos desde el aspecto jurídico-político hasta una canción demencial de unos chicos acelerados. Así, pues, dejo al críterio de cada lector lo que considere necesario -o en mejor de los casos, que no preste demasiado atención a este tipo de trivialidades recurrentes-, si les parece demasiado extravagante y corrido de la línea, les deseo una feliz estancia en el ######### cielo!!!




La Torre de Babel - Bruegel 1563


Creo que es preciso llamar las cosas por su nombre y decir claramente que el Marxismo está en crisis: o mejor, ¡por fin estalló la crisis del Marxismo! Pues ella existía desde hace mucho tiempo, bajo formas bloqueadas. Hablo de la forma del marxismo en sentido amplio: no únicamente de la crisis de la teoría marxista (de la cual sería demasiado fácil decir que ha sido desconocida o traicionada) sino también de la crisis del movimiento comunista internacional que se dice marxista, y de las realizaciones históricas en las cuales el marxismo ha tomado parte: los partidos comunistas, los países “socialistas”. Las tragedias, los conflictos, las contradicciones, los virajes han sacudido el movimiento comunista internacional hasta el punto que ya no existe para las amplias masas, ni en la URSS, ni en la China, ni en Cuba, ni en Vietnam, ningún país del mundo que represente, como en otro tiempo, “el porvenir”, “el ideal”, realizados. Esta crisis es tan profunda que alcanza a la teoría marxista misma, la cual, no reconociéndose en la caricatura que ha sufrido, se encuentra reducida a buscarse a tientas

(Althusser, Luis, en: Tirado, Mejía, Reportajes sobre el socialismo heterodoxo. La Carreta, Bogotá, Colombia, 1980, p. 12).

Adán y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso; nuestro pecado es que anhelamos regresar a él.

(Zuleta, Estanislao, en: Elogio de la Dificultad y otros ensayos. Hombre nuevo editores, Bogotá, Colombia, 2007, p. 14).

Un filósofo autónomo dispuesto a liberarse de todos los prejuicios…debe aceptar que todas las cosas que da por supuestos son prejuicios, que todos los prejuicios son puntos oscuros que tienen su origen en una sedimentación de la tradición…y que esto vale incluso para la gran tarea e idea que se denomina filosofía.

(Husserl, Edmundo, en: La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Trad. Inglesa de D. Carr. Northwestern University Press, Evanston, 1970, p. 17.)

Heidegger identificó razón humana, racionalidad, y sano entendimiento común, según usan estos términos los filosófos, con el uso no autoconsciente, uneigentlich, e incuestionado de un lenguaje heredado. La filosofía no es simplemente la utilización de esa tradición –no es simplemente la distribución de valores de verdad a lo largo de una gama de oraciones que están ya presentes en el lenguaje- porque todo preguntar esencial de la filosofía sigue siendo necesariamente inactual…La filosofía es esencialmente inactual porque pertenece a esas pocas cosas cuyo destino consiste en no poder hallar jamás eco inmediato en su hoy correspondiente.

(Rorty, Richard. En: Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporáneos. Cáp.: La filosofía como ciencia, como metáfora y como política. Paidos, p. 33)

Si en un futuro nos volvemos tan transparentes para nosotros mismos que llegara a desaparecer la distinción entre conocimiento práctico y teórico, desaparecerán también sin duda instituciones como la ciencia, la filosofía y la literatura bajo su presente forma

(Putnam, Hilary. En: El significado y las ciencias morales. Segunda parte: literatura, ciencia y reflexión. Universidad Nacional Autónoma de México. México. 1991, p. 103)

El Hombre no habla: por su boca lo que habla es un código de palabras. Las palabras piensan por uno (…) Es curioso que sean intelectuales franceses muy occidentales quienes hayan elegido el papel de celebrantes en el oficio de difuntos. Han compuesto una Misa de Réquiem para el sujeto, para el individuo, para la persona. Escuchen:

Roland Barthes dijo: “El Hombre ha muerto”.

Michel Foucault dijo: “La figura del hombre es una invención reciente; apreció en una fase de la cultura que comenzó hace siglo y medio y puede estar por concluir; la figura del hombre pronto será borrada como una cara dibujada en la arena, a orillas del mar”.

Claude Lévy-Strauss dijo: “el fin último de las ciencias humanas no es construir al hombre sino disolverlo. Demuestro, no cómo los hombres piensan en mitos, sino cómo los mitos operan en las mentes humanas sin que los hombres sean conscientes de ello. Habría que olvidarse completamente del sujeto pensante y proceder como si el proceso pensante transcurriera en los mitos”. (Lo crudo y lo cocido).

Louis Althusser dijo: “Los individuos son solamente los efectos determinados de la estructura”

Jacques Derrida dijo: “Hay que deconstruir la escritura que el hombre construye”.

Jean Baudrillard dijo: “objetos (cosas, artefactos, aparatos electrónicos, aun masas humanas) que antes se sometían a las formas que el sujeto les daba ahora triunfan sobre éste: el objeto anula al sujeto”.

Jacques Lacan dijo: “La palabra personal no vale. No es el hombre quien habla: habla eso. Hay que pasar de la primera persona gramatical a la tercera para evitar el subjetivismo de un humanismo trasnochado”.

Gilles Deleuze dijo: “El esquizoide posmoderno incrementa su valor en la medida en que se divide, fragmenta, pulveriza, dispersa la subjetividad del ser humano”.

(Imbert, Enrique. En: Modernidad y Posmodernidad. Torres Agüero Editor. Buenos Aires, Argentina, 1997, p. 19)

En la unidad original del ser primero, está contenida la causa secundaria de todos los seres, así como el germen de su inevitable destrucción

(Poe, Edgar Allan. En: Eureka o el ensayo sobre el Universo. Losada Clásica. Buenos Aires, Argentina, 2004, p. 9)

Quedó vuelto bastante tiempo. Su presencia me pesaba y me molestaba. Iba a decirle que se marchara, que me dejara, cuando gritó de golpe en una especie de estallido, volviéndose hacia mí: “¡No, no puedo creerle! ¡Estoy seguro de que ha llegado usted a desear otra vida!”. Le contesté que naturalmente era así, pero no tenía más importancia que desear rico, nadar muy rápido, o tener una boca mejor hecha. Era del mismo orden. Me interrumpió y quiso saber cómo veía yo esa otra vida. Entonces le grité “¡Una vida en la que pudiera recordar ésta!”, e inmediatamente le dije que era suficiente. Quería aún hablarme de Dios, pero me adelanté hacía él y traté de explicarle por última vez que me quedaba poco tiempo. No quería perderlo con Dios. Ensayó cambiar de tema preguntándome por qué lo llamaba “señor” y no “padre”. Eso me irritó y le contesté que no era mi padre: que él estaba con los otros.

(Camus, Albert. En: El Extranjero. Emecé Editores. Buenos Aires, Argentina, 2004, p. 153)

Nunca más cometeremos el error de creer en la raza humana; hambres, miseria, os lo merecéis que esperéis. Paz, primero la Guerra, paz y estaremos en Paz (…) Guerra, odio, es diversión.

(Eskorbuto. En: Los demenciales chicos acelerados. Paz-primero la guerra).

Los reyes más grandes celebran tanto a mis protegidos que muchos no pueden ni comer, ni pasear, ni prescindir de ellos por mas de una hora. No pocas veces anteponen estos calabacines a los sabios, a los que sólo por vanagloriarse suelen mantener en sus casas. No creo que el motivo de esta preferencia a nadie se le oculte ni se sorprenda, ya que tales sabios, engreídos con su doctrina, no acostumbran hablar a los príncipes mas que de cosas tristes, sin darse cuenta de que a veces hieren oídos delicados con la áspera verdad. Los bufones, por su parte, mantienen el juego, el placer, la carcajada, la sonrisa, que es lo que más se estima en los palacios. Conceded que sólo ellos, son sinceros y verídicos, cualidad de los locos que no es nada despreciable. Porque ¿qué hay más loable que la verdad? Aunque Platón hiciera decir a Alcibíades que únicamente se encuentra en la infancia y en el vino, toda la estimación en que es tenida se me debe particularmente a mí, y así lo reconoció Eurípides, autor de aquel célebre proverbio tan repetido por nosotros, que reza que el loco no dice mas que locuras. Todo lo que el loco tiene en el corazón lo muestra en el rostro y lo expresa en sus palabras. Pero los sabios tienen dos lenguas, como recuerda el mismo Eurípides, una de las cuales dice la verdad, y la otra la que según las circunstancias consideran oportuno. Ellos saben cambiar el negro en blanco, y soplar igualmente con la misma boca el frío y el calor, porque hay una gran distancia entre lo que escoden en su interior y lo que fingen con sus palabras.

(De Rotterdam, Erasmo. En: Elogio de la Locura. Editorial Cometa de Papel. Medellín, Colombia, 1998, p. 51)

Frente a la teología y a la filosofía por un lado, y por el otro, frente a los reajustes técnico-sociales, el jurista público se encuentra en una posición intermedia y a la defensiva, ya no puede contar con la intangibilidad autóctona de su posición, y la formación contenida en sus definiciones está en suspenso.

(Schmitt, Carl. En: El concepto de lo político. Prólogo. Alianza Editorial. Madrid, España, 1998, p. 45)


Abraza la oscuridad – Charles Bukowski

La confusión es el dios
la locura es el dios

la paz permanente de la vida
es la paz permanente de la muerte.
la agonía puede matar
o puede sustentar la vida
pero la paz es siempre horrible
la paz es la peor cosa
caminando
hablando
sonriendo
pareciendo ser.

no olvides las aceras,
las putas,
la traición,
el gusano en la manzana,
los bares, las cárceles
los suicidios de los amantes.

aquí en Estados Unidos
hemos asesinado a un presidente y a su hermano,
otro presidente ha tenido que dejar el cargo.

la gente que cree en la política
es como la gente que cree en dios:
sorben aire con pajitas
torcidas.

no hay dios
no hay política
no hay paz
no hay amor
no hay control
no hay planes

mantente alejado de dios
permanece angustiado

deslízate.

(Bukowski, Charles. En: Peleando a la contra. Editorial Anagrama. Barcelona, España, 2006, p. 433)




Béla Tarr - Armonías de Werckmeister

2 comentarios:

LadyM dijo...

Que trágicamente hermosa y poética puede ser la decadencia verdad?

Karina dijo...

Aunque me gusta leer, me resultaba decepcionante descubrir que mis ideas no son nada originales... Ahora me consuela saber que alguien con renombre pensaba, igual que yo, que el mundo es una mierda... Se siente una menos sola y equivocada.

¿Sabes en qué libro de Baudillard aparece originalmente la cita que hace Imbert?