En la unidad original del ser primero, está contenida la causa secundaria de todos lor seres, así como el germen de su inevitable destrucción

Edgar Allan Poe



lunes, 1 de septiembre de 2008

El ocaso de los “libros”



“Pasé toda la tarde en la librería. No había libros en ella; hacía casi medio siglo que no se imprimían. Y yo los esperaba tanto después de los microfilmes en que consistía la Biblioteca del Prometeo. No existían. Ya no se podía curiosear en las estanterías, sopesar gruesos tomos en la mano, saborear bien su volumen, que predecía la duración del placer de su lectura. La librería recordaba un laboratorio electrónico. Los libros eran pequeños cristales de contenido acumulado, y se leían con ayuda de un optón. Éste incluso se parecía a un libro, aunque sólo tenía una página entre las tapas. Al tocar esta hoja, aparecían por orden las páginas del texto, una tras otra. Pero, según me dijo el robot vendedor, los optones se usaban muy poco. El público prefería los lectones, que leía en voz alta, y era posible elegir la voz, el ritmo y la modulación preferida. Solamente se imprimían en páginas de plástico, que imitaban el papel, algunas publicaciones científicas de audiencia muy reconocida. Por ello pude meter en un bolsillo todas mis compras, aunque se trataba de trescientos títulos. “

Extraído de la novela de ciencia-ficción de Stanislaw Lem: Retorno de las estrellas.

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